Las mujeres como obreras evangélicas
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Todas las que trabajan para Dios deben reunir los atributos de
Marta y los de María: una disposición a servir y un sincero amor a
la verdad. El yo y el egoísmo deben ser eliminados de la vida. Dios
pide obreras fervientes, que sean prudentes, cordiales, tiernas y fieles
a los buenos principios. Llama a mujeres perseverantes, que aparten
su atención del yo y la conveniencia personal, y la concentren en
Cristo, hablando palabras de verdad, orando con las personas a las
cuales tienen acceso, trabajando por la conversión de las almas.
¡Oh! ¿cuál es nuestra excusa, hermanas mías, para no dedicar
tanto tiempo como podamos al estudio de las Escrituras, haciendo
de la mente un almacén de cosas preciosas, a fin de que podamos
presentarlas a las personas que no se interesan en la verdad? ¿Se
levantarán nuestras hermanas para hacer frente a la emergencia?
¿Trabajarán para el Maestro?
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