Página 305 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Uniendo esfuerzos en el colportaje
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de la obra evangélica. Ninguna rama separada de las otras puede
constituir un todo perfecto.
El evangelio de la salud tiene poderosos defensores, pero su
obra se ha hecho difícil porque numerosos ministros, presidentes
de asociaciones y otros obreros en posiciones de influencia han
fallado en dar la importancia adecuada a la reforma pro salud. No
han reconocido que está relacionada con la obra del mensaje como
la mano derecha del cuerpo. Mientras muchos, incluyendo algunos
ministros, han mostrado poco respeto por este departamento, el
Señor le ha manifestado su interés al prosperarlo abundantemente.
Conducida correctamente, la obra de salud es una cuña de entrada
que abre un camino para que otras verdades lleguen al corazón.
Cuando el mensaje del tercer ángel se reciba en toda su plenitud, se
dará a la reforma pro salud el lugar que le corresponde en las juntas
de la asociación, en la obra de la iglesia, en el hogar, en la mesa, y
en las decisiones de la familia. La mano derecha servirá y protegerá
el cuerpo.
Aunque la obra de salud ocupa su lugar en la proclamación del
mensaje del tercer ángel, sus defensores no deben en manera alguna
luchar por colocarla en el lugar que le corresponde al mensaje. Los
libros sobre salud deben ocupar la posición que les corresponde,
pero la circulación es solamente uno de los tantos frentes en la gran
labor que debe realizarse. Las calurosas bienvenidas dadas algunas
veces a los colportores, respecto a los libros de salud, no deben
resultar en la exclusión en el campo de otros libros importantes
que deben presentarse a la gente. Los que son responsables de la
obra del colportaje debieran poder discernir la relación de cada
parte del trabajo con el todo. Que estos presten debida atención a la
circulación de los libros de salud, pero sin hacerla tan importante
como para alejar a los hombres de otros frentes de interés vital,
excluyendo los libros que llevan el mensaje especial de verdad al
mundo.
Se necesita tanto conocimiento para el manejo de los libros
religiosos como para los que tratan sobre asuntos de salud y tempe-
rancia. De la misma manera como se procede para entrenar obreros
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que trabajen con los libros de salud, debería procederse con la obra
del colportaje respecto a los libros que ofrecen alimento espiritual;