Página 40 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Los congresos campestres
Los congresos campestres son una de las actividades más impor-
tantes de nuestra obra. Es uno de los métodos más efectivos para
cautivar la atención de la gente y alcanzar a todas las clases sociales
con la invitación del Evangelio. El tiempo en que vivimos es una
época de emociones intensas. La ambición y la guerra, el placer y la
obtención de dinero absorben la mente de la gente. Satanás ve que
le queda poco tiempo, de modo que ha puesto a todos sus agentes
a trabajar, a fin de que la gente pueda ser engañada, entrampada,
inducida a mantenerse ocupada y embelesada; hasta que concluya el
tiempo de gracia y la puerta de la misericordia se cierre para siempre.
Es nuestra tarea llevar al mundo entero—a toda nación, tribu, lengua
y pueblo—la verdad salvadora del mensaje del tercer ángel. Pero
ha sido un problema difícil saber cómo alcanzar a la gente en los
lugares superpoblados. No se permite a las iglesias establecerse en
ellos. Los salones espaciosos en las grandes ciudades son costosos,
y en la mayoría de los casos, pocos resultarán apropiados. Quienes
no nos conocen han hablado mal de nosotros. La gente no compren-
de nuestra fe, y nos considera unos fanáticos que por ignorancia
guardan el sábado en vez del domingo. Mientras realizamos nuestra
obra, nos hemos sentido confundidos por no saber cómo superar las
barreras de la mundanalidad y el prejuicio, para presentar la preciosa
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verdad que tanto significado encierra para la gente. El Señor nos ha
enseñado que las reuniones religiosas al aire libre son uno de los
medios más importantes para la realización de esta obra.
Debemos efectuar planes sabios para dar a la gente la oportuni-
dad de escuchar personalmente el último mensaje de amonestación
al mundo. La humanidad tiene que recibir la advertencia de que debe
prepararse para el gran día de Dios, que está muy cerca. No tenemos
tiempo que perder. Debemos realizar mayores esfuerzos para llegar
hasta la gente allí donde se encuentre. La impenitencia del mundo y
el desprecio por las leyes del gobierno de Dios ya están llegando a su
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