No para los que andan en busca del placer
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te se me ha dado mucha luz concerniente a la forma en que Dios
desea que realicemos el trabajo de nuestros sanatorios. Debemos
animar a los pacientes a pasar una gran parte de su tiempo al aire
libre. Se me ha indicado que debo pedir a nuestros hermanos que
se mantengan alerta en la búsqueda de propiedades baratas y con-
venientes, localizadas en lugares saludables, y que sean adecuadas
para el establecimiento de un sanatorio.
En lugar de invertir todos los medios que pueden obtenerse en
una sola institución médica, debemos establecer sanatorios más
pequeños en muchos lugares. Pronto la reputación de los centros
de salud del Sur de California será mucho más elevada de lo que
es actualmente. Ahora es el tiempo de penetrar ese campo con el
propósito de llevar a cabo la obra misionera médica.
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