Página 109 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 (1998)

Basic HTML Version

La señal de nuestra orden
Se me ha instruido acerca de que nuestras instituciones médicas
deben establecerse como testigos de Dios. Se han instalado con el
fin de aliviar a los enfermos y afligidos; para despertar un espíritu
de investigación, con el fin de diseminar la luz y hacer avanzar
la obra de reforma. Estas instituciones, dirigidas adecuadamente,
constituirán el medio para dar a conocer las reformas esenciales en
la preparación de un pueblo para la venida del Señor a muchos que
de otra manera nos sería imposible alcanzar.
Muchos de los clientes de nuestras instituciones médicas poseen
ideas elevadas con referencia a la presencia de Dios en la institución
que visitan; y son muy susceptibles a las influencias espirituales
que allí prevalecen. Si todos los médicos, enfermeras y ayudantes
caminan delante de Dios con circunspección, recibirán un poder
más que humano para tratar con estas personas. Cada institución
cuyos obreros sean gente consagrada, se verá compenetrada del
poder divino; y la gente que las frecuente no sólo obtendrá alivio de
sus enfermedades corporales, sino que hallará también un bálsamo
sanador para sus almas enfermas de pecado.
Que los dirigentes de nuestro pueblo pongan de relieve la ne-
cesidad de mantener una influencia religiosa poderosa en nuestras
instituciones médicas. El Señor pretende que en estos lugares se
le dé honra con palabras y acciones, para que sean sitios donde se
magnifique su ley y se hagan prominentes las verdades de la Biblia.
Los médicos misioneros deben realizar una gran obra para con Dios.
Deben mantenerse completamente despiertos y vigilantes, vestidos
con cada pieza de la armadura del cristiano y empeñados en una
lucha varonil. Deben mantenerse leales a su Jefe, obedeciendo todos
los mandamientos, incluyendo aquel que pone en evidencia la señal
de su orden.
La observancia del sábado es la señal entre Dios y su pueblo. No
tengamos vergüenza de portar la señal que nos distingue del mundo.
[105]
Mientras meditaba sobre este asunto recientemente en las horas de
105