Página 110 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 7
la noche, Uno que tenía autoridad nos aconsejó que estudiáramos la
instrucción dada a los israelitas con relación al sábado. “Con todo
eso vosotros guardaréis mis sábados -les había declarado el Señor-;
porque es señal entre mí y vosotros por vuestras edades, para que
sepáis que yo soy Jehová que os santifico. Así que guardaréis mis
sábados, porque santo es a vosotros... Seis días se hará obra, mas el
día séptimo es sábado de reposo consagrado a Jehová; cualquiera
que hiciere obra el día del sábado morirá ciertamente. Guardarán,
pues, el sábado los hijos de Israel; celebrándolo por sus edades por
pacto perpetuo: señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel”.
Éxodo 31:13-17
.
El sábado ha de ser siempre la señal que distinga a los obedientes
de los desobedientes. Satanás ha trabajado con poderosa maestría
para anular el cuarto mandamiento y conseguir con ello que se pierda
de vista la señal de Dios. El mundo cristiano ha pisoteado el sábado
del Señor y en su lugar observa un día de reposo instituido por el
enemigo. Pero el Señor tiene un pueblo que le es leal. Su trabajo se
ha de llevar a cabo en líneas rectas. La gente que ostenta su señal
debe establecer iglesias e instituciones que sean monumentos para
él. Por humilde que sea su apariencia, estos monumentos testificarán
constantemente en contra del falso día de reposo instituido por
Satanás y en favor del sábado establecido por el Señor en el Edén,
cuando juntas cantaban todas las estrellas del alba y todos los hijos
lanzaban exclamaciones de regocijo.
Hay peligro de que penetre en nuestros sanatorios un espíritu
de irreverencia y negligencia en la observancia del sábado. A los
hombres de responsabilidad que hay en la obra misionera médica les
incumbe el deber de dar instrucción a los médicos, los enfermeros
y auxiliares, con respecto a la santidad del día santo de Dios. Cada
médico debe esforzarse especialmente por dar el buen ejemplo. La
índole de sus deberes le induce naturalmente a sentirse justificado
por hacer en sábado muchas cosas que no debiera hacer. En lo
posible debe planear su trabajo de modo que pueda dejar de lado sus
deberes comunes.
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Con frecuencia, los médicos y los enfermeros son llamados en
sábado a atender a los enfermos y a veces les resulta imposible tener
tiempo para descansar y asistir a los cultos devocionales. Nunca
se han de descuidar las necesidades de la humanidad doliente. Por