Página 130 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 7
planes acerca de su uso tendrán que modificarse. Algunos han abu-
sado de las preparaciones a base de nueces. Muchos me han escrito:
“No puedo usar los alimentos oleaginosos; ¿qué usaré en lugar de
carne?” Una noche me pareció estar delante de un grupo de perso-
nas a quienes explicaba que en la preparación de ciertos alimentos
se incluyen cantidades demasiado copiosas de oleaginosas, que el
organismo no puede asimilar cuando se usan como en algunas de las
recetas dadas; y que, si se usaran en menor cantidad, los resultados
serían más satisfactorios.
El Señor desea que los que viven en los países donde se pueden
obtener frutas frescas durante gran parte del año, reconozcan la
bendición que tienen era ellas. Cuanto más dependamos de las frutas
frescas tal como se las saca del árbol, tanto mayor será la bendición.
Algunos, después de adoptar un régimen vegetariano, vuelven
al consumo de carne. Esto es de veras insensato y revela falta de
conocimiento acerca de cómo proveer los debidos alimentos en lugar
de la carne.
En los Estados Unidos y en otros países deben dictarse cursos
culinarios, dirigidos por instructores prudentes. Debemos hacer todo
lo que podamos para mostrar a la gente el valor de la reforma en la
alimentación.
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