La fabricación de productos alimentarios
Santa Helena, California,
16 de febrero de 1901.
Anoche me parecía estar hablando a nuestro pueblo, diciéndoles
que, como adventistas del séptimo día, debemos cultivar el amor, la
paciencia y la verdadera cortesía. Jesús fortalecerá a los dirigentes
de su pueblo si quieren aprender de él. El pueblo de Dios debe
esforzarse por alcanzar la más elevada norma de excelencia. Espe-
cialmente los que son médicos misioneros debieran manifestar, en
espíritu, palabra y carácter, que van en pos de Jesucristo, el Modelo
divino de todo esfuerzo médico misionero.
Tengo el ferviente deseo de que en todas partes la obra se lleve
a cabo de acuerdo con las órdenes del Señor. Veo que en el futuro
nuestro pueblo experimentará dificultades enormes como montañas
a causa de la forma como algunas cosas se llevan actualmente, y en
particular con relación al negocio de los productos alimentarios. A
medida que avanzamos tendremos que vérnoslas con problemas de
invención humana difíciles, que acarrearán mucha perplejidad. Las
componendas conducen hacia la deshonestidad.
Con mucha destreza y tremendos esfuerzos, el Dr. Kellogg y
sus asociados han logrado preparar un tipo especial de productos
alimentarios sanos. Su mayor preocupación ha sido beneficiar a la
humanidad, y sus esfuerzos se han visto bendecidos por Dios. Si se
mantienen en el consejo de Dios, y si caminan tras el ejemplo de
Cristo, avanzarán continuamente, porque Dios concederá destreza y
conocimiento a los que lo busquen sin egoísmo. Los productos ali-
mentarios que salen de nuestras fábricas pueden mejorar en muchos
sentidos. El Señor enseñará a sus siervos a preparar alimentos más
sencillos y menos costosos. Hay muchos a quienes enseñará esta
línea de trabajo si tan sólo están dispuestos a andar en su consejo, y
en armonía con los hermanos.
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