Página 162 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 (1998)

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Los trabajos comerciales
El Señor destinó nuestras casas editoriales a la promulgación de
la verdad presente, así como a las diversas transacciones comerciales
e industriales que implica dicha obra. Al mismo tiempo, deben
permanecer en contacto con el mundo, para que la verdad sea como
la luz puesta en un candelero que alumbre a todos los que están en la
casa. En su providencia, Dios puso a Daniel y a sus compañeros en
relación con los grandes personajes de Babilonia, a fin de que esos
hombres aprendiesen a conocer la religión de los hebreos y supiesen
que Dios gobierna a todos los reinos.
En Babilonia, Daniel fue puesto en circunstancias muy difíciles;
mas al paso que cumplió fielmente sus deberes de estadista, se
negó constantemente a participar en cualquier acción contraria a los
principios y a la obra de Dios. Su conducta provocó discusiones,
y el Señor atrajo así la atención del rey de Babilonia a la fe de
Daniel. Dios tenía luz para Nabucodonosor y le hizo conocer por
medio de Daniel las cosas que habían sido predichas en las profecías
concernientes a Babilonia y otros reinos. Por la interpretación del
sueño de Nabucodonosor, Jehová fue ensalzado como más poderoso
que los príncipes de la tierra. Así fue honrado Dios a causa de la
fidelidad de Daniel. Así también desea el Señor que nuestras casas
editoriales sean sus testigos.
Oportunidades del trabajo comercial
Los trabajos comerciales son uno de los medios por los cua-
les estas instituciones se colocan en relación con el mundo. Así
constituyen una puerta abierta para comunicar la luz de la verdad.
Los empleados pueden tener la impresión de que realizan un
trabajo puramente mecánico, mientras que están, por el contrario,
ocupados en una obra que suscitará preguntas acerca de su fe y sus
principios. Si están animados de un buen espíritu, podrán hablar
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palabras oportunas. Si está en ellos la luz de la verdad y del amor
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