Página 167 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 (1998)

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Los trabajos comerciales
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enemigo y colocarlos en sus manos para que los use contra la verdad.
¿Pensáis que Jesús obrará en nuestras imprentas por las mentes
humanas mediante sus ángeles? ¿Pensáis que hará de la verdad que
sale de nuestras imprentas una potencia para amonestar al mundo, si
se permite a Satanás que pervierta los espíritus de los obreros en la
institución misma? ¿Puede la bendición de Dios descansar sobre los
impresos que salen de la prensa, cuando de estas mismas prensas
salen los errores y herejías de Satanás? “¿Echa alguna fuente por
una misma abertura agua dulce y amarga?”
Santiago 3:11
.
Los directores de nuestras instituciones necesitan comprender
que al aceptar sus puestos se hacen responsables del alimento inte-
lectual dado a los empleados mientras están en la institución. Ellos
son responsables del carácter de los impresos que salen de nuestras
prensas. Deberán dar cuenta de la influencia ejercida por la intro-
ducción de cosas que habrían de mancillar la institución, contaminar
el espíritu de los empleados o engañar al mundo.
Si se concede a estas cosas un lugar en nuestras instituciones,
no tardará en descubrirse que la potencia sutil de los sentimientos
satánicos no se rechaza con facilidad. Si se permite al tentador que
siembre su mala semilla, ésta germinará y dará fruto. El diablo
cosechará así en la misma institución establecida con el dinero dado
por los hijos de Dios para el adelantamiento de su causa. De ello
resultará que, en vez de enviar al mundo obreros cristianos, se enviará
un grupo de incrédulos instruidos.
En estos asuntos, la responsabilidad descansa no solamente en
los directores sino también en los empleados. Tengo algo que decir
a los obreros de nuestras imprentas: Si amáis y teméis a Dios, os
negaréis a tener trato con el conocimiento contra el cual Dios previno
a Adán. Niéguense los tipógrafos a componer una sola frase de
estas cuestiones. Niéguense los correctores de pruebas a leerlas, los
impresores a imprimirlas y los encuadernadores a encuadernarlas.
Si se os pide que os dediquéis a cosas de este género, convocad a
los empleados del establecimiento a fin de que comprendan lo que
ello significa. Los que dirigen la institución pueden sostener que no
sois responsables, que a la dirección le toca tomar decisiones. Mas
sois responsables por el uso de vuestros ojos, de vuestras manos, de
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vuestra mente. Os fueron confiados por Dios para que los empleéis
en su servicio y no en el de Satanás.