Página 188 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 7
potencia vivificadora. No podemos insistir demasiado en este punto.
Al par que la verdad debe ser nuestra armadura, nuestras convic-
ciones deben ser fortalecidas por la simpatía viva que caracterizaba
la vida del Salvador. Ningún hombre puede subsistir a menos que
la verdad viva se manifieste en su carácter. Hay un solo poder que
puede hacernos o mantenernos firmes, y es la gracia de Dios en la
verdad. El que confía en otra cosa está ya tambaleando, pronto a
caer.
El Señor desea que se apoyen en él. Aprovechen al máximo
cada ocasión para acercarse a la luz. Si se mantienen alejados de las
santas influencias que emanan de Dios, ¿cómo podrán discernir las
cosas espirituales?
Dios nos llama a hacer uso de todas las ocasiones de prepararnos
para su obra. Desea que dediquen todas sus energías al cumplimien-
to de su tarea, y que permanezcan sensibles al carácter sagrado y
solemne de su responsabilidad. El ojo de Dios está sobre ustedes.
Para cualquiera de ustedes es peligroso entrar a su presencia con un
sacrificio que tenga mácula, un sacrificio que no les haya costado
estudios ni oraciones. El no puede aceptar una ofrenda tal.
Les ruego que despierten y busquen a Dios por ustedes mismos.
Mientras pase Jesús de Nazaret, díganle del fondo de su corazón:
“Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros”. Recobrarán
entonces la vista. Por la gracia de Dios recibirán lo que será para
ustedes infinitamente más valioso que el oro, la plata o las piedras
preciosas.
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Si alguna vez hay un tiempo cuando es más importante que
los hombres conserven su conexión con Dios, es cuando se los
llama a desempeñar una responsabilidad especial. No es seguro para
nosotros que descartemos nuestras armas cuando debemos ir a la
batalla. Es entonces cuando necesitamos estar equipados con toda la
armadura de Dios. Cada pieza es esencial.
Jamás entretengan el pensamiento de que pueden ser cristianos y
sin embargo encerrarse dentro de ustedes mismos. Cada uno forma
parte de la gran estructura humana, y tanto la naturaleza como la
calidad de su experiencia será determinada en gran medida por las