Página 220 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 (1998)

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Las necesidades del sur
El señor espera de nosotros mucho más de lo que le hemos dado,
en un servicio generoso en favor de la gente de todas las clases
sociales en los estados del Sur de los Estados Unidos. Este campo
se encuentra en nuestras mismas puertas, y hay una gran tarea que
realizar al servicio del Maestro. Ese trabajo debe hacerse ahora
mientras los ángeles continúan reteniendo los cuatro vientos. No
hay tiempo que perder.
El Señor ha esperado mucho tiempo por algunos instrumentos
humanos mediante quienes pueda trabajar. ¿Cuánto tiempo más se
verá obligado a esperar que algunos hombres y mujeres respondan
al llamado: “Ve hoy a trabajar en mi viña”? Se necesitan mensajeros
de misericordia, no solamente en unos pocos lugares del Sur, sino
en todo el campo. Ricos y pobres claman por luz.
Hay hombres y mujeres que deberían estar ofreciéndose para
llevar la verdad por los caminos y vallados de este campo. Hay
miles que podrían ponerse al servicio de Dios. El los aceptaría y
obraría por medio de ellos, trasformándolos en mensajeros de paz y
esperanza.
Los obreros se encontrarán con muchos que endurecerán sus
corazones contra la convicción del Espíritu de Dios; pero también
hallarán a muchos que sienten hambre por el pan de vida, quienes
después de recibir el mensaje, saldrán a esparcir la semilla de la
verdad.
Cuando el Señor colocó sobre Moisés la responsabilidad de guiar
a los hijos de Israel fuera de Egipto, le dio la siguiente seguridad:
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“Vé, porque yo estaré contigo”. “Mi presencia irá contigo, y te daré
descanso”.
Éxodo 3:12; 33:14
. La misma seguridad se ofrece a
quienes se adelantan para trabajar por el Señor en los campos del
Sur.
Mis hermanos y hermanas, tengan comunión con Dios para que
sean imbuidos de su Espíritu, y entonces salgan a derramar sobre
otros la gracia que ustedes han recibido. El ejemplo del Salvador
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