Página 228 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 7
El Señor desea que los lugares desérticos del Sur, de aspecto
tan aborrecible, se transformen a la semejanza del jardín de Dios.
Que nuestro pueblo se levante a redimir el pasado. Sobre nosotros
descansa pesadamente la obligación de trabajar por la gente de color.
¿No trataremos de reparar, en la medida de nuestras posibilidades,
el daño que se ha hecho a este pueblo en el pasado? ¿No se debe
multiplicar el número de misioneros enviados al sur? ¿No escucha-
remos acerca de muchos voluntarios que estén listos para entrar en
este campo para rescatar a las almas de las tinieblas y la ignorancia,
y traerlos a la maravillosa luz en la cual nos regocijamos? Dios
derramará su Espíritu sobre quienes respondan a su llamado. Con la
fuerza de Cristo realizarán una obra que llenará al cielo de regocijo.
* * * * *
“Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré
a buscar mis ovejas, y las reconoceré... Así reconoceré mis ovejas, y
las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del
nublado y de la oscuridad... Yo apacentaré mis ovejas, y yo les daré
aprisco, dice Jehová el Señor. Yo buscaré la perdida, y haré volver al
redil la descarriada, vendaré la perniquebrada y fortaleceré la débil y
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estableceré con ellos pacto de paz... y daré bendición a ellas y a los
alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo;
lluvias de bendición serán... Y sabrán que yo Jehová su Dios estoy
con ellos... Y vosotras, ovejas mías, ovejas de mi pasto, hombres
sois, y yo vuestro Dios, dice Jehová el Señor”.
Ezequiel 34:11-31
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