Página 24 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 7
a reconocer y aprovechar cada oportunidad y ventaja que les ofrezcan
los giros de la rueda de la Providencia. Tanto Dios como el Señor
Jesucristo y los ángeles celestiales trabajan con intensa actividad
con el fin de detener la fiereza de la ira de Satanás, para que los
planes divinos no sean menoscabados. Dios vive y reina. El es quien
conduce los asuntos del universo. Que sus soldados marchen hacia
la victoria. Que haya unidad perfecta en sus filas. Prosigan la batalla
hasta los portales. El Señor obrará en favor suyo como poderoso
Conquistador.
Que el mensaje del Evangelio resuene por todas nuestras iglesias,
invitando a sus miembros a una acción universal. Que los feligreses
posean una fe creciente, y se llenen del celo de sus invisibles aliados
celestiales al reconocer sus recursos inagotables y la grandiosidad
de la empresa en la cual se hallan involucrados, así como el poder de
su Guía. Los que se colocan bajo el control divino para ser guiados
por el Señor, se darán cuenta del firme curso de los acontecimientos
ordenados por él. Bajo la inspiración del Espíritu de aquel que dio
su vida por la vida del mundo, no volverán a detenerse impotentes,
apuntando a las cosas que no pueden hacer. Se dirigirán hacia la
batalla vestidos con la armadura del cielo, dispuestos a realizar lo
que Dios pide sabiendo que su omnipotencia suplirá sus necesidades.
Una obra creciente
Los siervos de Dios deben utilizar todos los medios a su alcance
para engrandecer su reino. El apóstol Pablo declara que “es bueno y
agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos
los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad...
Que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias,
por todos los hombres”
1 Timoteo 2:3-4, 1
. Y Santiago agrega:
“Sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino,
salvará de muerte un alma y cubrirá multitud de pecados”.
Santiago
5:20
. Cada creyente está comprometido a unirse con sus hermanos
para proclamar la invitación: “Venid, que ya todo está preparado”.
Lucas 14:17
. Cada uno debe animar a los demás a realizar un trabajo
de todo corazón. Una iglesia viviente está llamada a llevar a la
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gente invitaciones conmovedoras. Las almas sedientas han de ser
conducidas al agua de la vida.