Página 25 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 (1998)

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La señal de avanzar
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Los apóstoles llevaban sobre sí la pesada responsabilidad de
extender su esfera de acción para proclamar el Evangelio en las
regiones lejanas. De su ejemplo se desprende el hecho de que en la
viña del Señor no hay lugar para gente inactiva. Sus servidores tienen
el deber de agrandar constantemente el círculo de sus esfuerzos.
Siempre deben realizar más,
nunca menos
. La obra del Señor ha de
crecer y expandirse hasta circuir el mundo.
Después de un viaje misionero, Pablo y Bernabé volvieron sobre
sus pasos, visitando a las iglesias que habían levantado y escogiendo
personas que se unieran a ellos en su trabajo. Hoy también los
siervos de Dios deben trabajar de la misma manera, eligiendo y
entrenando a jóvenes dignos como colaboradores suyos. Que Dios
nos ayude a consagrarnos, para que otros puedan santificarse por
nuestro ejemplo capacitándose para realizar una obra exitosa en la
ganancia de almas para Cristo.
* * * * *
Nos estamos acercando al final de la historia de este mundo;
pronto nos hallaremos de pie ante el gran trono blanco. Dentro
de poco su tiempo de trabajar se habrá terminado para siempre.
Aproveche las oportunidades que se le presenten para hablar una
palabra en sazón a las personas con quienes se relaciona. No espere
llegar a conocerlos antes de ofrecerles los tesoros inapreciables de
la verdad. Salga a trabajar, y las puertas se abrirán delante de usted.
* * * * *
En el día del juicio los perdidos comprenden cabalmente el sacri-
ficio realizado en el Calvario. Se dan cuenta de lo que han perdido
al negarse a ser leales. Piensan en el privilegio que habrían podido
tener de gozar de una relación elevada y pura; pero es demasiado
tarde. El último llamamiento ha sido hecho. Entonces se escucha
su amargo clamor: “Pasó la siega, terminó el verano, y nosotros no
hemos sido salvos”.
Jeremías 8:20
.
* * * * *