Página 251 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 (1998)

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Tome tiempo para hablar con Dios
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nuestros obreros no deben pensar que necesitan permanecer en las
ciudades para atender asuntos relacionados con diversos aspectos
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del trabajo en la ciudad; ni tampoco deben salir apresuradamente de
estas reuniones campestres con el fin de atender esa clase de tareas.
Los dirigentes de nuestras asociaciones deberían encargar a hom-
bres de negocios para que atiendan los detalles financieros de la obra
de las ciudades. Si no se pueden encontrar tales personas, que enton-
ces se provean los medios para entrenar a hombres que desempeñen
estas responsabilidades.
* * * * *
Administradores consagrados
.- Las instituciones escandinavas
no necesitarían hallarse en la posición en que se encuentran -y
no lo estarían- si desde hace años los hermanos de los Estados
Unidos hubieran hecho lo que debían. A Europa se debería haber
enviado un hombre con experiencia en líneas administrativas, con
conocimientos prácticos de contabilidad, para supervisar la forma
de llevar las cuentas en nuestras instituciones allí. Y si esta tarea
hubiera requerido a más de una persona, se debería haber enviado
a más de una. De este modo se habrían ahorrado miles y miles de
dólares.
Nuestra obra en los Estados Unidos debería tener empleados a
tales hombres, hombres que sepan cuáles son los principios celes-
tiales, y que conozcan por experiencia lo que significa andar con
Dios. Si tales hombres hubieran supervisado los asuntos financieros
de nuestras asociaciones e instituciones, hoy tendríamos abundantes
fondos en la tesorería, y nuestras instituciones se hallarían en la
posición en que Dios ha declarado que se deberían encontrar, siendo
una ayuda para la obra por medio de la abnegación y el sacrificio
propio.
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