Página 270 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 7
demandado. Que no se debilite su fe, porque las bendiciones que se
reciben son proporcionales a la fe que se ejerce. “Conforme a vuestra
fe os sea hecho”. “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo
recibiréis”.
Mateo 9:29; 21:22
. Oren, crean, y regocíjense. Canten
himnos de alabanza a Dios porque él les ha contestado sus oraciones.
Acéptenlo al pie de la letra, “porque fiel es el que prometió”.
Hebreos
10:23
. No se pierde ninguna súplica sincera. El canal está abierto; la
corriente está fluyendo. Lleva propiedades salutíferas en sus aguas,
derramando una corriente restauradora de vida y salud y salvación.
* * * * *
A cada maestro se le concede el sagrado privilegio de representar
a Cristo. Y a medida que los maestros luchan por hacerlo, pueden
tener la convicción tranquilizadora de que el Salvador está muy cerca
de ellos, sugiriéndoles las palabras que deben hablar en favor suyo,
e indicándoles de qué manera pueden revelar su excelencia.
Los maestros se enfrentan con muchas pruebas. Los asalta el
desánimo cuando ven que sus esfuerzos no son siempre apreciados
por los alumnos. Satanás se esfuerza por afligirlos con enfermedades
físicas, con la esperanza de inducirlos a murmurar contra Dios, para
que olviden sus bondades, su misericordia, su amor, y el tremendo
peso de gloria que espera al vencedor. Deben recordar que Dios
los está guiando, mediante el sufrimiento, hacia una confianza más
perfecta en él. Sus ojos están siempre sobre ellos, y si en medio
de su perplejidad lo contemplan a él con fe, los sacará del horno
afinados y purificados como el oro probado en el fuego. Les permite
pasar por las pruebas con el fin de atraerlos más cerca de sí mismo,
pero no coloca sobre sus hombros ninguna carga más pesada de
la que pueden soportar. Y a cada uno le dice: “No te desampararé,
ni te dejaré”
Hebreos 1:3-5
. Siempre está listo para librar a los
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que confían en él. Que el maestro acosado y severamente probado
diga: “Aunque él me matare, en él esperaré”. “Aunque la higuera no
florezca, ni en las vides haya fruto, aunque falte el producto del olivo,
y los labrados no den mantenimiento y las ovejas sean quitadas de la
majada, y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en
Jehová y me gozaré en el Dios de mi salvación”
Job 13:15
;
Habacuc
3:17-18
.