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Testimonios para la Iglesia, Tomo 7
Dios. Pero no debemos fallar ni desanimarnos. Tenemos que ejercitar
una mayor fe en Dios. Debemos confiar en su Palabra viviente.
A menos que nos aferremos de lo alto con mayor firmeza, nunca
seremos capaces de derrotar a los poderes de las tinieblas que se
verán y se sentirán en cada departamento de la obra.
* * * * *
Las cisternas de la tierra se vaciarán a menudo, y sus fuentes se
secarán; pero en Cristo se halla un manantial vivo del cual pode-
mos beber continuamente. No importa cuánta agua saquemos para
compartir con los demás, siempre quedará en abundancia. No hay
peligro de agotar el suministro; porque Cristo es la fuente inagotable
de la verdad.
* * * * *
El código de conducta inculcado por el Evangelio no reconoce
otra norma de perfección que la mente de Dios, la voluntad divina.
Todos los atributos de un carácter virtuoso habitan en Dios como un
todo perfecto y armonioso. El que recibe a Cristo como su Salvador
personal tiene el privilegio de poseer tales atributos. En esto consiste
la ciencia de la santidad.
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