Página 273 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 (1998)

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Consideración para quienes luchan con dificultades
Durante años se ha mostrado una falta de visión al tratar con las
personas que llevan adelante la obra del Señor en lugares difíciles.
A menudo estos hombres trabajan en forma agotadora. Tienen muy
poco dinero para invertir en el avance de la causa, y se ven obligados
a sacrificarse con el fin de llevar adelante la obra. Trabajan por un
salario escaso y practican la más estricta economía. Solicitan fondos
de la gente y ellos mismos son un ejemplo de liberalidad. Le rinden
a Dios la alabanza por lo que se ha hecho, comprendiendo que él es
el autor y consumador de su fe, y que han sido capaces de progresar
sólo por su poder.
Algunas veces, después que estos obreros han soportado la carga
y el calor del día, y mediante esfuerzos perseverantes y pacientes
han establecido alguna escuela o un sanatorio, o han tenido otra
participación en el desarrollo de la obra, sus hermanos deciden que
algún otro puede realizar un mejor trabajo, y que por lo tanto esa
nueva persona debe hacerse cargo de la tarea. En algunos casos se
hace la decisión sin dar la consideración ni el crédito debidos a quien
ha tenido que llevar sobre sus hombros la parte más desagradable de
la tarea, que ha tenido que laborar y orar y luchar aplicando todas
sus fuerzas y energías en el desempeño de su responsabilidad.
Dios no se agrada con esta forma de tratar a sus obreros. El
pide a su pueblo que sostenga las manos de quienes se esfuerzan
por establecer la obra en lugares nuevos y difíciles, expresándoles
palabras que los alegren y los animen.
Estos obreros pueden cometer errores a causa de su entusiasmo
y celo por el adelanto de la obra. En su deseo de obtener fondos para
el sostenimiento de las empresas más necesitadas, puede ser que se
envuelvan en proyectos que no resultan en los mejores intereses de
la obra. El Señor, al comprender que tales proyectos los desviarían
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de lo que él quisiera verlos realizar, permite que sufran frustraciones
y se quebranten sus esperanzas. El dinero se ha sacrificado, y esto
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