Página 49 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 (1998)

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Que no haya más demoras
Nuestros obreros no están comunicando el mensaje como de-
bieran. Nuestros dirigentes no han despertado a la tarea que debe
realizarse. Cuando pienso en las ciudades donde se ha hecho tan
poco, donde hay tantos miles a quienes amonestar acerca del pronto
advenimiento del Salvador, experimento un deseo intenso de ver
a hombres y mujeres que salgan a hacer la obra con el poder del
Espíritu, llenos del amor de Cristo por las almas que perecen.
Los habitantes de nuestras ciudades, vale decir los que viven a la
misma sombra de nuestras puertas, han sido extrañamente descuida-
dos. Ahora se debería hacer un esfuerzo organizado para llevarles el
mensaje de la verdad presente. Se debería poner un cántico nuevo en
sus labios. Debieran salir para impartir la luz del mensaje del tercer
ángel a otros que se hallan actualmente en la oscuridad.
Todos necesitamos estar completamente despiertos con el fin de
hacer avanzar la obra en las grandes ciudades a medida que se abren
las puertas. Nos hemos quedado muy atrás en seguir la instrucción
que se nos ha dado acerca de entrar en estas ciudades y erigir en ellas
monumentos para Dios. Debemos guiar a las almas paso a paso hacia
toda la luz de la verdad. Y debemos continuar la tarea hasta dejar una
iglesia organizada y construida una humilde casa de culto. Me siento
muy animada a creer que muchos ayudarán considerablemente con
sus medios, aunque no sean de nuestra fe. La luz que se me ha dado
indica que en muchos lugares, especialmente en las grandes ciudades
de los Estados Unidos, tales personas ofrecerán su ayuda.
Los obreros que trabajan en las ciudades deberían leer cuidado-
samente los capítulos 10 y 11 del libro de Hebreos y hacer suyas
las instrucciones que contienen estos pasajes de las Escrituras. El
capítulo 11 es un registro de las experiencias de los fieles. Los que
laboran para Dios en las ciudades deben avanzar por fe haciendo
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lo mejor que puedan. Dios escuchará y contestará sus peticiones a
medida que velan y trabajan y oran. De este modo obtendrán una
experiencia de valor incalculable para ellos en su obra posterior. “Es,
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