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Testimonios para la Iglesia, Tomo 7
pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no
se ve”.
Hebreos 11:1
.
* * * * *
Mi mente se encuentra profundamente conmovida. Hay una obra
que hacer en cada ciudad. Los obreros deben trasladarse a las ciu-
dades grandes y celebrar reuniones campestres. En estas reuniones
se deben utilizar los mejores talentos con el fin de que la verdad sea
proclamada poderosamente. Personas de talentos variados deben
participar. Nadie posee todos los dones requeridos para realizar el
trabajo. Se necesitan varios obreros para llevar a cabo una reunión
campestre de éxito. Ninguna persona debería considerar que es
prerrogativa suya realizar todo el trabajo importante.
Los corazones serán alcanzados a medida que en estas reuniones
los oradores proclamen la verdad con el poder del Espíritu. Cuando
el amor de Cristo se reciba en el corazón desterrará de él el amor
por el error.
Se necesitan reuniones campestres como las que se realizaban al
comienzo de nuestra obra. Reuniones campestres separadas de los
aspectos administrativos de las asociaciones. Durante una reunión
campestre los obreros debieran estar libres para impartir el conoci-
miento de la verdad a las visitas.
En nuestras reuniones campestres se deberían hacer arreglos para
que los pobres puedan obtener un alimento sano y bien preparado,
a un precio tan barato como sea posible. También se debería hacer
funcionar un restaurante donde se prepararan platos saludables y
se sirvieran de una manera atractiva. Que esta línea de trabajo no
se considere como algo separado de los otros aspectos de la obra
de la reunión campestre. Cada aspecto de la obra de Dios se halla
íntimamente unido a todos los demás, y todos deben avanzar en
armonía perfecta.
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