Página 54 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 (1998)

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La responsabilidad de los esposos
Estimado hermano y estimada hermana: Acabáis de uniros para
toda la vida. Empieza vuestra educación en la vida matrimonial.
El primer año de la vida conyugal es un año de experiencia, en
el cual marido y mujer aprenden a conocer sus diferentes rasgos
de carácter, como en la escuela un niño aprende su lección. No
permitáis, pues, que se escriban durante ese primer año de vuestro
matrimonio, capítulos que echen a perder vuestra felicidad futura.
Para comprender lo que es en verdad el matrimonio, se requiere
toda una vida. Los que se casan ingresan en una escuela en la cual
no acabarán nunca sus estudios.
Hermano mío, el tiempo, las fuerzas y la felicidad de su esposa
están ahora ligados a los suyos. Su influencia sobre ella puede ser
sabor de vida para vida o sabor de muerte para muerte. Cuide de no
echarle a perder la vida.
Hermana mía, usted debe ahora tomar sus primeras lecciones
prácticas acerca de sus responsabilidades como esposa. No deje de
aprender fielmente estas lecciones día tras día. No abra la puerta al
descontento o al mal humor. No busque una vida fácil y de ocio.
Vele constantemente para no abandonarse al egoísmo.
En vuestra unión para toda la vida, vuestros afectos deben contri-
buir a vuestra felicidad mutua. Cada uno debe velar por la felicidad
del otro. Tal es la voluntad de Dios para con vosotros. Mas aunque
debéis confundiros hasta ser uno, ni el uno ni el otro debe perder su
individualidad. Dios es quien posee vuestra individualidad; y a él
debéis preguntar: ¿Qué es bueno?, ¿qué es malo? y ¿cómo puedo
alcanzar mejor el blanco de mi existencia? “No sois vuestros. Porque
comprados sois por precio: glorificad pues a Dios en vuestro cuerpo
y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”.
1 Corintios 6:19-20
.
Vuestro amor por lo que es humano debe ser secundario a vuestro
amor a Dios. La abundancia de vuestro amor debe dirigirse hacia
Aquel que dio su vida por vosotros. El alma que vive para Dios le
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tributa el mejor de los afectos. ¿Se dirige la mayor parte de vuestro
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