El conocimiento de las leyes de la salud
Hemos llegado a un tiempo en el cual cada miembro de la iglesia
debe hacer obra misionera médica. Este mundo se parece a un hospi-
tal lleno de víctimas de enfermedades físicas y espirituales. Por todas
partes, hay gente que muere por carecer del conocimiento de las
verdades que nos han sido confiadas. Es necesario que los miembros
de la iglesia despierten y comprendan su responsabilidad en cuanto
a dar a conocer estas verdades. Los que han sido alumbrados por
la verdad deben ser portaluces para el mundo. En el tiempo actual,
ocultar nuestra luz sería una gravísima falta. El mensaje que Dios
dirige a su pueblo hoy es éste: “Levántate, resplandece; porque ha
venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti”
Isaías 60:1
.
Por todas partes se ve a personas que han tenido mucha luz y
conocimiento elegir voluntariamente el mal antes que el bien. No
tratan de reformarse, y empeoran de día en día. Mas los hijos de
Dios no deben vivir en las tinieblas. Como reformadores, deben
andar en la luz.
La obra médica misionera abrirá muchas puertas delante del
verdadero reformador. No es necesario esperar hasta ser llamado
a algún campo lejano para ayudar a los demás. Dondequiera que
estemos podemos empezar inmediatamente. Se presentan ocasiones
para todos. Emprendamos el trabajo del cual somos responsables, la
obra que debe hacerse en nuestra casa y en nuestro vecindario. No
esperemos a que se nos inste a obrar. Con temor de Dios, echemos
mano a la obra sin dilación, acordándonos de nuestra responsabilidad
personal delante de Aquel que dio su vida por nosotros. Obremos
como quienes oyen a Cristo llamarlos personalmente a hacer cuanto
sea posible para servirle. No miremos en derredor nuestro para ver
quiénes más están listos. Si somos verdaderamente consagrados,
Dios traerá a la verdad, por nuestro ministerio, a otras personas de las
que podrá servirse para comunicar la luz a buen número de aquellos
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que andan a tientas en las tinieblas.
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