Página 114 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 8 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 8
en el desierto;
Y tentaron a Dios en la soledad.
Y él les dio lo que pidieron;
Mas envió mortandad sobre ellos.
Tuvieron envidia de Moisés en el campamento,
Y contra Aarón, el santo de Jehová.
Entonces se abrió la tierra y tragó a Datán,
Y cubrió la compañía de Abiram.
Y se encendió fuego en su junta;
La llama quemó a sus impíos.
Hicieron becerro en Horeb,
Se postraron ante una imagen de fundición.
Así cambiaron su gloria
Por la imagen de un buey que come hierba.
Olvidaron al Dios de su salvación,
Que había hecho grandezas en Egipto,
Maravillas en la tierra de Cam,
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Cosas formidables sobre el Mar Rojo.
Y trató de destruirlos,
De no haberse interpuesto Moisés
su escogido delante de él,
A fin de apartar su indignación
para que no los destruyese.
III
Pero aborrecieron la tierra deseable;
No creyeron a su palabra,
Antes murmuraron en sus tiendas,
Y no oyeron la voz de Jehová.
Por tanto, alzó su mano contra ellos
Para abatirlos en el desierto,
Y humillar su pueblo entre las naciones,
Y esparcirlos por las tierras.
Se unieron asimismo a Baal-peor,
Y comieron los sacrificios de los muertos.
Provocaron la ira de Dios con sus obras,
Y se desarrolló la mortandad entre ellos.