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Testimonios para la Iglesia, Tomo 8
Los que descienden al mar en naves,
Y hacen negocio en las muchas aguas,
Ellos han visto las obras de Jehová,
Y sus maravillas en las profundidades.
Porque habló, e hizo levantar un
viento tempestuoso,
Que encrespa sus ondas.
Suben a los cielos, descienden a los
abismos;
Sus almas se derriten con el mal.
Tiemblan y titubean como ebrios,
Y toda su ciencia es inútil.
Entonces claman a Jehová en su
angustia,
Y los libra de sus aflicciones.
Cambia la tempestad en sosiego,
Y se apaciguan sus ondas.
Luego se alegran, porque se apaciguaron;
Y así los guía al puerto que deseaban.
Alaben la misericordia de Jehová,
Y sus maravillas para con los hijos
de los hombres.
Exáltenlo en la congregación del pueblo,
Y en la reunión de ancianos lo alaben.
Él convierte los ríos en desierto,
Y los manantiales de las aguas en
sequedales;
La tierra fructífera en estéril,
Por la maldad de los que la habitan.
Vuelve el desierto en estanques de aguas,
Y la tierra seca en manantiales.
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Allí establece a los hambrientos,
Y fundan ciudad en donde vivir.
Siembran campos, y plantan viñas,
Y rinden abundante fruto.
Los bendice, y se multiplican en
gran manera;
Y no disminuye su ganado.