Página 154 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 8 (1998)

Basic HTML Version

150
Testimonios para la Iglesia, Tomo 8
Muchos de los que llevan responsabilidades pesadas necesitan
convertirse. Cristo les dice lo que le dijo a Nicodemo: “Os es ne-
cesario nacer de nuevo”. “De cierto, de cierto te digo, que el que
no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”.
Juan 3:7, 3
.
Muchos están controlados por un espíritu poco cristiano. Todavía
no han aprendido la mansedumbre y la humildad en la escuela de
Cristo y, a menos que cambien, cederán a las tentaciones de Satanás.
Año tras año llevan sobre sus hombros sagradas responsabilida-
[162]
des, sin embargo no son capaces de discernir entre lo sacro y lo
profano. ¿Hasta cuándo seguirán ejerciendo una influencia controla-
dora? ¿Hasta cuándo se permitirá que su palabra edifique o destruya,
condene o anime? ¿Hasta cuándo poseerán tal poder que nadie se
atreva a cambiar de método?
Levantad nuevos centros
Se anima a la gente a establecerse en Battle Creek y a prestar su
influencia en favor del establecimiento de una moderna Jerusalén.
Esto es contrario a lo que Dios manda. Por esta causa otras locali-
dades carecen de las comodidades que merecen tener. Ampliad y
ensanchad, sí, pero no en un solo lugar. Salid y estableced centros
de influencia en lugares donde nada, o casi nada, se haya hecho.
Deshaced vuestra masa consolidada; difundid los rayos salvíficos
de luz en dirección de los rincones tenebrosos de la tierra. Hay que
llevar a cabo una obra semejante a la del águila que agita su nido.
“Quieto estuvo Moab desde su juventud, y sobre su sedimento
ha estado reposado, y no fue vaciado de vasija en vasija, ni nunca
estuvo en cautiverio; por tanto, quedó su sabor en él, y su olor no se
ha cambiado”.
Jeremías 48:11
. Esto se aplica a muchos creyentes
que llegan a Battle Creek. Muchos demuestran un celo espasmódico
en la lucha, pero su luz es como la de un meteoro deslumbrante que
cruza los cielos y luego se esfuma.
Que los obreros de Dios que tienen interés en su causa hagan
algo en favor de la gente de color en el campo del Sur. Que los
mayordomos de Dios no se conformen con tocar este campo con
la yema de los dedos. Que los que están en el centro de la obra
tracen planes para este campo con todo interés. Muchos han hablado
acerca del asunto, pero ¿qué están haciendo como los mayordomos