Página 319 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 8 (1998)

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El conocimiento recibido a través de la palabra de Dios
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Entonces no sería yo avergonzado,
cuando atendiese a todos tus mandamientos”.
“¿Con qué limpiará el joven su camino?
Con guardar tu palabra”.
“Escogí el camino de la verdad;
He puesto tus juicios delante de mí”.
“En mi corazón he guardado tus dichos,
Para no pecar contra ti”.
“Y andaré en libertad,
Porque busqué tus mandamientos”.
“Abre mis ojos, y miraré
Las maravillas de tu ley”.
“Pues tus testimonios son mis delicias
Y mis consejeros”.
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“Mejor me es la ley de tu boca
Que millares de oro y plata”.
“¡Oh, cuánto amo yo tu ley!
Todo el día es ella mi meditación”.
“Cánticos fueron para mí tus estatutos
En la casa en donde fui extranjero”.
“Maravillosos son tus testimonios;
Por tanto, los ha guardado mi alma.
La exposición de tus palabras alumbra;
Hace entender a los simples”.
“Me has hecho más sabio que mis enemigos
con tus mandamientos,
Porque siempre están conmigo.
Más que todos mis enseñadores he entendido,
Porque tus testimonios son mi meditación.
Más que los viejos he entendido,
Porque he guardado tus mandamientos...
De tus mandamientos he adquirido inteligencia;
Por tanto, he aborrecido todo camino
de mentira”.
“Sumamente pura es tu palabra,
Y la ama tu siervo”.
“La suma de tu palabra es verdad,
Y eterno es todo juicio de tu justicia”.