La obra en Europa
Santa Helena, California,
7 de diciembre de 1902.
A mis hermanos en Europa
Tengo que deciros algo. El tiempo ha llegado para realizar gran-
des cosas en Europa. Una obra grande, semejante a la que se ha
hecho en los Estados Unidos, puede ser hecha en Europa. Estable-
ced sanatorios, y restaurantes naturistas. Haced brillar la luz de la
verdad presente por medio de la página impresa. Sea proseguida la
traducción de nuestros libros. Me fue mostrado que en diferentes
países de Europa se encenderán luces en muchas localidades.
Hay muchos lugares donde la obra del Señor no está representada
como debiera verse. Se necesita ayuda en Italia, en Francia, en
Escocia y en muchos otros países. Una obra más amplia debiera
hacerse en esos lugares. Se necesitan obreros. Hay talentos entre
los hijos de Dios en Europa, y el Señor desea que esos talentos sean
empleados para establecer en toda Gran Bretaña y el continente,
centros desde los cuales la luz de la verdad pueda resplandecer.
Hay una obra que hacer en Escandinavia. Dios está tan deseoso
de obrar por medio de los creyentes escandinavos como con los
americanos.
Hermanos míos, permaneced cerca del Señor Dios de los ejérci-
tos. Sea él vuestro temor y pavor. El tiempo de extender su obra ha
llegado. Tiempos de disturbios están delante de nosotros, pero si per-
manecemos unidos en los sentimientos de fraternidad cristiana, sin
que nadie busque la preponderancia, Dios trabajará poderosamente
en nuestro favor.
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Estemos llenos de esperanza y valor. El desánimo en el servicio
del Señor es irracional y pecaminoso. Dios conoce cada una de
nuestras necesidades. Él posee la omnipotencia. Puede conceder a
sus siervos la medida de eficiencia que necesitan según su situación.
Su amor infinito y su compasión no se cansan nunca. A la majestad
de la omnipotencia, él une la bondad y la compasión de un tierno
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