La fidelidad en la práctica de la reforma pro salu
Estoy encargada de dar a nuestra iglesia entera un mensaje to-
cante a la reforma pro salud, porque muchos han dejado de ser fieles
a sus principios.
El propósito de Dios para con sus hijos es que éstos crezcan
hasta alcanzar la medida de la estatura de los hombres y mujeres
perfectos en Cristo Jesús. Para ello, deben hacer uso conveniente
de todas las facultades de la mente, el alma y el cuerpo. No pueden
derrochar ninguna de sus energías mentales o físicas.
El tema de la conservación de la salud tiene una importancia
capital. Al estudiarlo en el temor de Dios, aprenderemos que lo
mejor para nuestro progreso físico y espiritual, es atenernos a un
régimen alimenticio sencillo. Estudiemos con paciencia este asunto.
Para obrar atinadamente en este sentido, necesitamos conocimientos
y discernimiento. Las leyes de la naturaleza existen, no para ser
resistidas, sino acatadas.
Los que hayan recibido instrucciones acerca de los peligros del
consumo de carne, té, café y alimentos demasiado condimentados
o malsanos, y quieran hacer un pacto de sacrificio con Dios, no
continuarán satisfaciendo sus apetitos con alimentos que saben que
son malsanos. Dios pide que los apetitos se purifiquen y que se
practique la abnegación en relación con las cosas que no son buenas.
Esta obra debe ser hecha antes que su pueblo pueda estar delante
de él como un pueblo perfecto.
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La responsabilidad personal
El pueblo remanente de Dios debe estar convertido. La presenta-
ción de este mensaje debe convertir y santificar las almas. El poder
del Espíritu de Dios debe hacerse sentir en este movimiento. Posee-
mos un mensaje maravilloso y definido; tiene importancia capital
Manuscrito leído ante los delegados del Congreso de la Asociación General, Wa-
shington, D.C., 31 de mayo de 1909.
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