Página 148 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 9 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 9
respetar los principios de la reforma pro salud. En el asunto de la
temperancia, deberíamos dejar muy atrás a todos los demás; sin em-
bargo, hay en nuestras iglesias miembros a quienes las instrucciones
no han faltado, y hasta predicadores, que demuestran poco respeto
por la luz que Dios nos ha dado tocante a este asunto. Comen según
sus gustos y trabajan como mejor les parece.
Colóquense los maestros y directores de nuestra obra firmemente
sobre el terreno bíblico en lo que se refiere a la reforma pro salud,
y den un testimonio definido a los que creen que vivimos en los
últimos tiempos de la historia de este mundo. Debe haber una línea
de separación entre los que sirven a Dios y los que se complacen a
sí mismos.
Se me ha mostrado que los principios que nos fueron dados en
los primeros días de este mensaje no han perdido su importancia
y debemos tenerlos en cuenta tan concienzudamente como enton-
ces. Hay algunos que jamás han seguido la luz dada en cuanto al
régimen. Ya es tiempo de sacar la luz de debajo del almud para que
resplandezca con toda su fuerza.
Los principios del sano vivir tienen gran importancia para noso-
tros como individuos y como pueblo. Cuando me llegó el mensaje
de la reforma pro salud, yo era débil y predispuesta a frecuentes
desmayos. Suplicaba al Señor que me ayudara, y él me presentó el
vasto plan de la reforma pro salud.
Me mostró que los que guardan sus mandamientos deben entrar
en una relación sagrada con él y, por la temperancia en el comer
y el beber, guardar su mente y su cuerpo en las condiciones más
favorables para servirle. Esta luz fue una gran bendición para mí.
Me decidí en favor de la reforma pro salud sabiendo que el Señor
me fortificaría. Actualmente, no obstante mi edad, gozo de mejor
salud que cuando era joven.
Algunos aseveran que no he seguido los principios de la reforma
pro salud conforme los ha preconizado mi pluma; pero puedo afirmar
que he practicado fielmente dicha reforma. Los miembros de mi
familia saben que esto es verdad.