Página 151 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 9 (1998)

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La fidelidad en la práctica de la reforma pro salud
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Los extremismos en la alimentación
Algunos de nuestros miembros se abstienen concienzudamente
de alimentos que no son adecuados, pero no suministran a su orga-
nismo los elementos que necesita para sustentarse. Los que llevan al
extremo la reforma pro salud corren el riesgo de preparar alimentos
insípidos y que no satisfagan. Los alimentos deben ser preparados
de modo que sean apetitosos y nutritivos. No debe despojárselos de
lo que nuestro organismo necesita. Yo hago uso de un poco de sal y
siempre lo he hecho, porque la sal, lejos de ser nociva, es indispensa-
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ble para la sangre. Las legumbres debieran hacerse más agradables
aderezándolas con un poco de leche o crema, o su equivalente.
Si bien se han dado advertencias con relación a los peligros de
enfermedad que derivan de la mantequilla y al mal que ocasiona
el uso copioso de huevos por parte de los niños pequeños, no debe
considerarse como violación de nuestros principios el consumo de
huevos provenientes de gallinas bien cuidadas y convenientemente
alimentadas. Los huevos contienen ciertas propiedades que obran
eficazmente contra determinados venenos.
Algunos, al abstenerse de leche, huevos y mantequilla, no prove-
yeron a su cuerpo una alimentación adecuada y como consecuencia
se han debilitado e incapacitado para el trabajo. De esta manera, la
reforma pro salud ha sido desacreditada. La obra que nos hemos
esforzado por levantar sólidamente se confunde con las extravagan-
cias que Dios no ha ordenado, y las energías de la iglesia se ven
estorbadas. Pero Dios intervendrá para contrarrestar los resultados
de ideas tan extremistas. El propósito del Evangelio es reconciliar a
la raza pecaminosa. Debe llevar a pobres y ricos a los pies de Jesús.
Llegará el tiempo cuando tal vez tengamos que dejar algunos
de los alimentos que usamos ahora, como la leche, la crema y los
huevos; pero no necesitamos crearnos dificultades por restricciones
prematuras y exageradas. Esperemos que las circunstancias lo exijan
y que el Señor prepare el camino.
Los que quieran proclamar con éxito los principios de la reforma
pro salud deben tomar la Palabra de Dios como su guía y consejera.
Sólo procediendo así podrán ocupar una posición ventajosa. No
contrarrestemos la reforma pro salud al no reemplazar por manjares
sanos y agradables los alimentos nocivos que hemos abandonado. En