La escuela de médicos evangelistas de Loma Linda
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Deberíamos tener una escuela donde las mujeres fuesen instruidas
por médicas misioneras para el tratamiento de las enfermedades de
señoras de la manera más eficaz. En nuestra denominación, la obra
médica debiera alcanzar su máximo nivel.
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La preparación de misioneros
Estamos bien situados en Loma Linda con respecto a llevar
adelante nuestras diferentes empresas misioneras. Es evidente que
fuimos puestos en posesión de este sanatorio por la providencia
de Dios. Debemos considerar a Loma Linda como un lugar que el
Señor había juzgado por anticipado como necesario a nuestra obra,
una posesión que él nos ha dado. Una obra muy bendecida debe
ser hecha en relación con los intereses del sanatorio y de la escuela
de Loma Linda, y ella se realizará cuando todos trabajemos en este
sentido, avanzando a la orden del Señor.
En Loma Linda, muchos pueden prepararse para trabajar co-
mo misioneros en la causa de la salud y de la temperancia. Deben
prepararse maestros para muchos ramos de actividad. Deben esta-
blecerse escuelas en los lugares donde nada se ha hecho aún. Deben
ir misioneros a los estados en los que se ha hecho poco hasta ahora.
Debemos cumplir la obra que tiene por objeto propagar los prin-
cipios de la reforma pro salud. ¡Dios nos ayude a ser un pueblo
sabio!
Deseo muy especialmente que las necesidades de nuestras insti-
tuciones de Loma Linda reciban el estudio necesario y que se tomen
medidas correctas. Para la prosecución de la obra en ese lugar, nece-
sitamos hombres bien dotados y de firme espiritualidad. En la obra
de enseñanza debemos emplear los mejores maestros, hombres y
mujeres prudentes, que dependan enteramente de Dios. Veremos
desarrollarse una buena obra si los profesores que pertenecen al ra-
mo médico ocupan su puesto en el temor de Dios. Teniendo a Cristo
como educador, podemos llegar a grandes alturas en el conocimiento
de la verdadera ciencia de curar.