Página 176 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 9 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 9
Todo desprecio y todo ultraje que los hombres infligían a sus se-
mejantes no hacían sino hacerle sentir tanto más hondamente la
necesidad en que se hallaban de su simpatía divino-humana. Procu-
raba hacer nacer la esperanza en el más rústico de los hombres y en
aquel que menos esperanza daba, asegurándoles que podían tomarse
irreprensibles e inofensivos, y adquirir un carácter que les hiciera
hijos de Dios.
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Un seguro fundamento
“Por lo cual, hermanos -dice Pedro-, procurad tanto más de hacer
firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no
caeréis jamás. Porque de esta manera os será abundantemente admi-
nistrada la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo”.
2 Pedro 1:10, 11
.
Cuando los creyentes que esperaban el próximo regreso del
Señor eran sólo un puñado, hace muchos años ya, los observadores
del sábado de Topsham, Estado de Maine, se reunían para el culto
en la amplia cocina del Hno. Stockbridge Howland. Un sábado
de mañana, el Hno. Howland estaba ausente. Esto nos sorprendió,
porque era siempre puntual. Muy pronto le vimos llegar con el rostro
iluminado por la gloria de Dios. “Hermanos -dijo-, he hallado algo, y
es esto: podemos adoptar una conducta que nos garantice la promesa
de la Palabra divina: ‘No caeréis jamás’. Voy a deciros de qué se
trata”.
Entonces contó que había notado que un hermano, que era un
pobre pescador, pensaba no ser estimado en lo que merecía, y que el
Hno. Howland y otros se creían superiores a él. Estaba equivocado;
pero ese sentimiento había impedido a ese hermano asistir a las
reuniones desde hacía algunas semanas. Así que el Hno. Howland
fue a su casa, y poniéndose de rodillas delante de él, le dijo:
•Perdóname, hermano; ¿qué daño te he hecho?
El hombre lo tomó del brazo y quiso hacer que se levantara.
•No -dijo el Hno. Howland-, ¿qué tienes contra mí?
•No tengo nada contra ti.
•Pero algo debes tener -insistió el Hno. Howland-, porque antes
conversábamos juntos, mientras que ahora no me hablas más; quiero
saber lo que pasa.