Página 184 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 9 (1998)

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Un llamamiento para obreros de color
Es necesario efectuar los esfuerzos más decididos para educar
y preparar a hombres y mujeres afroamericanos para que trabajen
como misioneros en los estados del sur de los Estados Unidos.
Alumnos afroamericanos cristianos debieran estar preparándose para
presentar la verdad a los de su propia raza. Los que convierten el
temor del Señor en el comienzo de su sabiduría y escuchan el consejo
de hombres de experiencia, pueden ser una gran bendición para la
población negra, al llevar a su propio pueblo la luz de la verdad
presente. Cada obrero que trabaje con humildad y en armonía con
sus hermanos, se convertirá en un canal de luz para muchos que
ahora viven en las tinieblas de la ignorancia y la superstición.
En lugar de preguntarse si están capacitados para trabajar entre
gente blanca, que nuestros hermanos afroamericanos se dediquen al
trabajo misionero entre los de su raza. Hay mucho lugar para que
los afroamericanos trabajen entre su propio pueblo. En el campo
del sur del país queda abundante trabajo por realizar. Es necesario
hacer esfuerzos especiales en las ciudades populosas. En cada una
de estas ciudades hay miles de personas de la raza negra a quienes
hay que predicar el último mensaje de advertencia y misericordia.
Despertemos el espíritu misionero en los corazones de nuestros
miembros de iglesia afroamericanos. Instémoslos a realizar una obra
fervorosa en favor de los que todavía no conocen la verdad.
Quisiera decir a todos mis hermanos y hermanas afroamerica-
nos: considerad la situación tal como es. Preguntaos: “En vista de
las oportunidades y ventajas que se me han concedido, ¿cuánto le
debo a mi Señor? ¿Cómo puedo glorificarlo mejor y promover los
intereses de mi pueblo? ¿Cómo puedo utilizar con mayor ventaja el
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conocimiento que Dios se ha complacido en darme? ¿No debiera
acaso abrir mi Biblia y enseñar la verdad a mi pueblo? ¿Acaso no
hay miles que perecen por falta de conocimiento, a quienes puedo
ayudar si me entrego a Dios para que él me utilice como instrumento
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