Página 185 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 9 (1998)

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Un llamamiento para obreros de color
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suyo? ¿Es que no tengo una obra que realizar en beneficio de mis
hermanos oprimidos y desanimados?”
El campo del sur está sufriendo por falta de obreros. ¿Pasaréis por
alto a vuestro pueblo, sin realizar esfuerzo alguno para ayudarle, o
bien, trabajaréis con humilde corazón para salvar a los que perecen?
Hay una obra que podéis hacer si os humilláis delante de Dios. Si
confiáis en él encontraréis paz y consuelo, pero si seguís vuestro
propio sistema y voluntad, encontraréis espinas y cardos, y perderéis
la recompensa.
Queda poco tiempo, y lo que tenéis que hacer, debéis hacerlo
con prontitud. Decidid que debéis redimir el tiempo. No busquéis
vuestro placer personal. ¡Levantaos! Acometed la obra con una
nueva resolución. El Señor abrirá el camino ante vosotros. Realizad
todo esfuerzo posible para trabajar siguiendo el método de Cristo,
con humildad y mansedumbre, confiando en él para recibir poder.
Comprended la obra que el Señor os ha encargado, y al confiar
en Dios quedaréis capacitados para avanzar con fortaleza y gracia
crecientes. Quedaréis capacitados para trabajar con diligencia y
perseverancia por vuestro pueblo mientras dura el día; porque la
noche viene cuando nadie podrá trabajar.
En el campo del sur existe necesidad urgente de toda clase de
trabajo misionero. Hay que preparar obreros urgentemente para este
campo. Nuestro pueblo debiera proveer un fondo para la educación
de hombres y mujeres de los estados del sur, quienes, por estar
habituados al clima, pueden trabajar en ese lugar sin arriesgar su
salud.
Jóvenes y señoritas prometedores debieran educarse para trabajar
como profesores. Debieran contar con las mejores ventajas. Es
necesario que se construyan escuelas y salones de reuniones en
diferentes lugares y que se empleen profesores.
Las personas que han estado trabajando durante años para ayudar
a los afroamericanos, están bien calificadas para asesorar acerca de
la apertura de tales escuelas. Hasta donde sea posible, estas escuelas
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debieran establecerse fuera de las ciudades. Pero en las ciudades hay
numerosos niños que no podrían asistir a instituciones educacionales
que no funcionan dentro de sus límites; para beneficio de ellos, hay
que establecer escuelas en las ciudades tanto como en el campo.