Página 194 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 9 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 9
humanos. Recordemos que nuestra obra más importante es predicar
la palabra de Dios y presentar las advertencias de la Biblia.
Dios invita a todos a dedicarse a la obra con humildad de espíritu.
No todos los ministros han sido santificados por la verdad. El Señor
llama a todos a que abandonen sus controversias. Que los hombres
tengan cuidado de no hacer lo que eliminaría nuestra última espe-
ranza de entrar en campos difíciles donde existen prejuicio racial y
antagonismo.
Como un recurso para vencer el prejuicio y tener acceso a las
mentes, la obra médica misionera debe llevarse a cabo, no en uno
o dos lugares solamente, sino en muchos lugares donde la verdad
todavía no ha sido proclamada. Debemos trabajar como médicos
evangélicos misioneros, para sanar a la gente enferma por el pecado
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al darles el mensaje de salvación. Esta obra destruirá el prejuicio
mejor que ninguna otra cosa.
El sábado
La verdad del sábado requerirá gran cuidado y sabiduría en su
presentación. Se necesitará una gran medida de la gracia y el poder
de Dios para derribar el ídolo que se ha erigido con la forma de
un falso día de reposo. Elevad el estandarte, elevadlo
cada vez más
alto
. Llamad la atención de la gente al capítulo veinte de Éxodo, que
contiene la ley de Dios. Los primeros cuatro de los Diez Manda-
mientos delinean nuestro deber hacia nuestro Creador. El que obra
con falsedad en su relación con Dios, no puede obrar con verdad
en su relación con su prójimo. El que ama a Dios supremamente,
amará a su prójimo como a sí mismo. El orgullo se transforma en
vanidad y conduce al agente humano a hacer un dios de sí mismo.
El Evangelio de Cristo santifica el alma y expele el amor a sí mismo.
“Acuérdate del día de reposo para santificarlo”.
Éxodo 20:8
. El
sábado fue instituido en el Edén, después que Dios creó el mundo.
“Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de
ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el
día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que
había hecho en la creación”.
Génesis 2:1-3
.
“Habló además Jehová a Moisés, diciendo: Tú hablarás a los
hijos de Israel diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de