Página 205 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 9 (1998)

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Consideración con los obreros de color
La religión de la Biblia no reconoce casta ni color. Ignora el
rango, la riqueza y el honor mundano. Dios estima a los hombres
en su calidad de hombres. El carácter es lo que define su valor. Y
debemos reconocer el Espíritu de Cristo en cualquier persona en que
se manifieste. Nadie debe sentirse avergonzado de hablar con una
persona negra honrada en cualquier lugar o de darle la mano. El que
vive en la atmósfera en la que Cristo vive, será enseñado por Dios y
aprenderá a estimar la gente.
Nuestros ministros negros deben ser tratados con consideración.
No siempre se ha hecho así. Estos obreros tienen que ser animados
a obtener un conocimiento cabal de la verdad. Deben aprender a ser
eficientes en la tarea de enseñar la verdad a otros. Y cuando trabajen
fielmente deben recibir su salario. Recordad que necesitan comer.
El Señor desea que su pueblo que vive en el norte del país man-
tenga una actitud bondadosa hacia sus hermanos y hermanas negros.
No debemos apresurarnos a criticarlos. No podemos esperar que
sean en todo sentido como los que han tenido mejores ventajas.
Debemos recordar las desventajas bajo las cuales ha vivido la gente
de raza negra. Su ambiente ha sido muy diferente del ambiente de
la gente de raza blanca. Los habitantes del norte han vivido en una
atmósfera moral más limpia y pura que la gente de raza negra del
sur. No podemos esperar que, en todas las cosas, sean tan firmes y
limpios en sus ideas de moralidad. Si Cristo estuviera en el mundo
en la actualidad, enseñaría a los de raza negra en una forma que nos
sorprendería. Nos invita a recordar que aun quienes han gozado de
grandes ventajas en muchas cosas, con frecuencia se sienten ofendi-
dos cuando se les señalan sus errores en forma indebida, y cuando
los consejos y amonestaciones son pronunciados sin simpatía.
Cuando ocurren situaciones objetables entre la gente de raza
negra, recordad que el Señor desea que actuéis con la sabiduría
de un fiel pastor. Recordad que la bondad conseguirá más que la
censura. Que los hermanos y hermanas negros comprendan que sus
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