Página 217 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 9 (1998)

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Frente a la ley dominical
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a otros debían repetirse: “Nos había dicho que esto vendría y cómo
hacerle frente”.
“He aquí, dijo Jesús, yo os envío como ovejas en medio de lobos:
sed pues prudentes como serpientes, y sencillos como palomas”. “Y
seréis aborrecidos de todos por mi nombre; mas el que soportare
hasta el fin, éste será salvo”.
Mateo 10:16, 22
.
Cristo fue aborrecido sin causa. ¿Causará sorpresa que sean
aborrecidos los que llevan su señal y le están sirviendo? Son consi-
derados como las escorias del mundo. “Mas cuando os persiguieren
en esta ciudad, huid a otra”. Dios no quiere que vuestra vida sea
sacrificada inconsideradamente. “De cierto os digo, que no acabaréis
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de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del
hombre”.
Mateo 10:23
.
Debe darse al mundo la verdad, una verdad clara, nítida, positiva.
Pero debe ser presentada en el espíritu de Cristo. Debemos ser como
ovejas en medio de lobos. Perderán preciosas ocasiones de trabajar
por el Maestro los que no estén dispuestos, por el amor de Cristo,
a conformarse a las reglas de prudencia que El nos recomendó, y
a permanecer pacientes, dueños de sí mismos. El Señor no ha en-
cargado a su pueblo que injurie a los que traspasan su ley. Nunca
debe atacarse a las demás iglesias. Recordemos que como pueblo al
que se confió una verdad sagrada, hemos sido negligentes y positiva-
mente infieles. La obra ha quedado restringida a unos pocos centros,
cuyos habitantes han acabado por endurecerse contra el Evangelio.
Es difícil hacer impresión en los que han oído tanta presentación de
la verdad y que, no obstante, la han rechazado...
De ello sufrimos las consecuencias ahora. La obra estaría mucho
más adelantada hoy si hubiésemos hecho esfuerzos enérgicos para
alcanzar a las personas que, una vez convertidas, habrían demostra-
do fielmente lo que la verdad presente puede hacer para los seres
humanos. No es justo que unos pocos centros disfruten de todas las
ventajas mientras que otros quedan descuidados.
Lo sucedido en Avondale
En nuestra escuela de Avondale, cerca de Cooranbong, en Aus-
tralia, hubo que tomar una decisión en cuanto al trabajo en domingo.
Parecía que la red se estaba cerrando sobre nosotros hasta el punto