Página 260 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 9 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 9
el manto de bodas. Pronto presenciaremos la coronación de nuestro
Rey. Los creyentes cuya vida quedó escondida con Cristo, los que
en esta tierra pelearon la buena batalla de la fe, resplandecerán con
la gloria del Redentor en el reino de Dios.
No transcurrirá mucho tiempo antes que veamos a Aquel en
quien ciframos nuestras esperanzas de vida eterna. Y en su presencia
todas las pruebas y los sufrimientos de esta vida serán como nada.
“No perdáis pues vuestra confianza que tiene grande remuneración
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de galardón: porque la paciencia os es necesaria; para que, habiendo
hecho la voluntad de Dios obtengáis la promesa. Porque aun un
poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará”.
Hebreos 10:35-
37
. Alzad los ojos, sí, alzad los ojos, y permitid que vuestra fe
aumente de continuo. Dejad que esta fe os guíe a lo largo de la senda
estrecha que, pasando por las puertas de la ciudad de Dios, nos lleva
al gran más allá, al amplio e ilimitado futuro de gloria destinado a
los redimidos. “Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida
del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la
tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana
y la tardía. Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros
corazones; porque la venida del Señor se acerca”.
Santiago 5:7-8
.