Página 78 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 9 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 9
sobre los diferentes puntos de la verdad presente. Y al tener cierto
éxito financiero, algunos aprenderán a ser económicos, lo que será
para ellos de la mayor importancia, cuando sean enviados a algún
lugar como misioneros.
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Los alumnos que emprendan la venta de libros como
Palabras de
vida del gran Maestro
y
El ministerio de curación
, deberían estudiar
el contenido de los mismos. Al familiarizarse con los temas tratados
y al esforzarse por poner en práctica sus enseñanzas, se desarrollarán
intelectual y espiritualmente. Los mensajes contenidos en esos libros
son la luz que Dios me ha encomendado que comunique al mundo.
Los profesores de nuestros colegios debieran animar a los alumnos a
estudiar atentamente cada capítulo. Deberían enseñar esas verdades
a sus alumnos y esforzarse para que la juventud aprecie y se asimile
los preciosos pensamientos que Dios nos ha confiado para el mundo.
La preparación necesaria para presentar esos libros y la práctica
diaria del colportaje, serán un excelente aprendizaje que, con la
bendición de Dios, hará a los jóvenes aptos para servir en la viña del
Maestro. Bajo la bendición de Dios, los jóvenes se harán idóneos
para servir en la viña del Señor.
Los hombres que llevan responsabilidades en las iglesias de
nuestras asociaciones tienen una obra especial que cumplir en favor
de nuestra juventud. Cuando los miembros dirigentes de las iglesias
descubran jóvenes promisorios, deseosos de prepararse para servir
útilmente al Señor, pero cuyos padres no tienen los recursos nece-
sarios para enviarlos a la escuela, es su deber buscar la manera de
ayudarles y animarlos. Deben consultar con los padres y con esos
jóvenes, y juntos proceder con sabiduría. Puede ser que algunos
jóvenes tengan más idoneidad para la obra misionera de casa en
casa. Hay un gran campo de labor en la tarea de llevar el mensaje
del tercer ángel a nuestros vecinos y amigos y en la distribución
de impresos. Otros jóvenes debieran ser animados a consagrarse al
colportaje y a vender nuestros libros más grandes. Algunos pueden
tener cualidades que los hagan útiles en nuestras instituciones. En
muchos casos, los jóvenes promisorios, debidamente animados y
dirigidos, pueden ganar sus becas con la venta de
Palabras de vida
del gran Maestro
y
El ministerio de curación
.
La venta de esos libros haría misioneros de esos jóvenes, porque
así harían conocer al mundo una luz preciosa. Al mismo tiempo,