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              El Camino a Cristo
            
            
              menospreciando todo su amor y sacrificio? Viendo la humillación
            
            
              infinita del Señor de gloria, ¿murmuraremos porque no podemos
            
            
              [46]
            
            
              entrar en la vida sino a costa de conflictos y humillación propia?
            
            
              Muchos corazones orgullosos preguntan: “¿Por qué necesitamos
            
            
              arrepentirnos y humillarnos antes de poder tener la seguridad de que
            
            
              somos aceptados por Dios?” Mirad a Cristo. En El no había pecado
            
            
              alguno, y lo que es más, era el Príncipe del cielo; y sin embargo, por
            
            
              causa del hombre se hizo pecado. “Con los transgresores fué conta-
            
            
              do: y él mismo llevó el pecado de muchos, y por los transgresores
            
            
              intercedió.
            
            
            
            
              ¿Y qué abandonamos cuando lo damos todo? Un corazón man-
            
            
              chado de pecado, para que el Señor Jesús lo purifique y lo limpie
            
            
              con su propia sangre, para que lo salve con su incomparable amor.
            
            
              ¡Y sin embargo, los hombres hallan difícil renunciar a todo! Me
            
            
              avergüenzo de oírlo decir y de escribirlo.
            
            
              Dios no nos pide que renunciemos a cosa alguna cuya retención
            
            
              contribuiría a nuestro mayor provecho. En todo lo que hace, tiene
            
            
              presente el bienestar de sus hijos. ¡Ojalá que todos aquellos que no
            
            
              han decidido seguir a Cristo pudieran comprender que El tiene algo
            
            
              muchísimo mejor que ofrecerles que cuanto están buscando por sí
            
            
              mismos! El hombre inflige el mayor perjuicio e injusticia a su propia
            
            
              alma cuando piensa y obra de un modo contrario a la voluntad de
            
            
              Dios. Ningún gozo real puede haber en la senda prohibida por Aquel
            
            
              que conoce lo que es mejor y proyecta el bien de sus criaturas. La
            
            
              senda de la transgresión es el camino de la miseria y la destrucción.
            
            
              Es un error dar cabida al pensamiento de que Dios se complace
            
            
              en ver sufrir a sus hijos. Todo el cielo está interesado en la felici-
            
            
              dad del hombre. Nuestro Padre celestial no cierra las avenidas del
            
            
              [47]
            
            
              gozo a ninguna de sus criaturas. Los requerimientos de Dios nos
            
            
              invitan a rehuir todos los placeres que traen consigo sufrimiento y
            
            
              contratiempos, que nos cierran la puerta de la felicidad y del cielo.
            
            
              El Redentor del mundo acepta a los hombres tales como son, con
            
            
              todas sus necesidades, imperfecciones y debilidades; y no solamente
            
            
              los limpiará de pecado y les concederá redención por su sangre, sino
            
            
              que satisfará el anhelo de todos los que consientan en llevar su yugo
            
            
              y su carga. Es su designio dar paz y descanso a todos los que acudan
            
            
              a El en busca del pan de vida. Sólo nos pide que cumplamos los
            
            
              deberes que guíen nuestros pasos a las alturas de una felicidad que