Página 68 - El Camino a Cristo (1993)

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El Camino a Cristo
resulta de mucho más valor que la lectura de muchos capítulos sin
un propósito determinado y sin obtener una instrucción positiva.
Tened vuestra Biblia a mano. Leedla cuando tengáis oportunidad;
fijad los textos en vuestra memoria. Aun al ir por la calle podéis leer
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un pasaje y meditar en él hasta que se grabe en la mente.
No podemos obtener sabiduría sin una atención verdadera y un
estudio con oración. Algunas porciones de la Santa Escritura son
en verdad demasiado claras para que se puedan entender mal; pero
hay otras cuyo significado no es superficial, y no se discierne a
primera vista. Se debe comparar pasaje con pasaje. Debe haber un
escudriñamiento cuidadoso y una reflexión acompañada de oración.
Y tal estudio será abundantemente recompensado. Como el minero
descubre vetas de precioso metal ocultas debajo de la superficie de
la tierra, así también el que con perseverancia escudriña la Palabra
de Dios en busca de sus tesoros escondidos encontrará verdades
del mayor valor ocultas de la vista del investigador descuidado. Las
palabras de la inspiración, meditadas en el alma, serán como ríos de
agua que manan de la fuente de la vida.
Nunca se deben estudiar las Sagradas Escrituras sin oración.
Antes de abrir sus páginas debemos pedir la iluminación del Espíritu
Santo, y ésta nos será dada. Cuando Natanael fué al Señor Jesús, el
Salvador exclamó: “He aquí verdaderamente un israelita, en quien
no hay engaño.” Dícele Natanael: “¿De dónde me conoces?” Y
Jesús respondió: “Antes que Felipe te llamara, cuando estabas bajo
la higuera, te vi.
Así también nos verá el Señor Jesús en los lugares
secretos de oración, si le buscamos para que nos dé luz y nos permita
saber lo que es la verdad. Los ángeles del mundo de luz acompañarán
a los que busquen con humildad de corazón la dirección divina.
El Espíritu Santo exalta y glorifica al Salvador. Está encargado
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de presentar a Cristo, la pureza de su justicia y la gran salvación que
obtenemos por El. El Señor Jesús dijo: El Espíritu “tomará de lo mío,
y os lo anunciará.
El Espíritu de verdad es el único maestro eficaz
de la verdad divina. ¡Cuánto no estimará Dios a la raza humana,
siendo que dió a su Hijo para que muriese por ella, y manda su
Espíritu para que sea de continuo el maestro y guía del hombre!
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