Página 115 - El Conflicto Inminente (1969)

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El glorioso triunfo final
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despreciaron la misericordia de Dios. Y las marcas de su humillación
son su mayor honor; a través de las edades eternas, las llagas del
Calvario proclamarán su alabanza y declararán su poder.
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“¡Oh, torre del rebaño, colina de la hija de Sión, a ti te llegará;
sí, a ti vendrá el dominio anterior!”
Miqueas 4:8 (VM)
. Llegó el
momento por el cual suspiraron los santos desde que la espada de
fuego expulsó a la primera pareja del paraíso—el tiempo de “la
redención de la posesión adquirida.”
Efesios 1:14
. La tierra dada al
principio al hombre para que fuera su reino, entregada alevosamente
por él a manos de Satanás, y conservada durante tanto tiempo por
el poderoso enemigo, ha sido recuperada mediante el gran plan de
la redención. Todo lo que se había perdido por el pecado, ha sido
restaurado. “Así dice Jehová, ... el que formó la tierra y la hizo, el
cual la estableció; no en vano la creó, sino que para ser habitada la
formó.”
Isaías 45:18 (VM)
. El propósito primitivo que tenía Dios al
crear la tierra se cumple al convertirse ésta en la morada eterna de
los redimidos. “Los justos heredarán la tierra, y vivirán para siempre
sobre ella.”
Salmos 37:29
.
El temor de hacer aparecer la futura herencia de los santos de-
masiado material ha inducido a muchos a espiritualizar aquellas
verdades que nos hacen considerar la tierra como nuestra morada.
Cristo aseguró a sus discípulos que iba a preparar mansiones para
ellos en la casa de su Padre. Los que aceptan las enseñanzas de la
Palabra de Dios no ignorarán por completo lo que se refiere a la
patria celestial. Y sin embargo son “cosas que ojo no vió, ni oído
oyó, y que jamás entraron en pensamiento humano—las cosas gran-
des que ha preparado Dios para los que le aman.”
1 Corintios 2:9
(VM)
. El lenguaje humano no alcanza a describir la recompensa
de los justos. Sólo la conocerán quienes la contemplen. Ninguna
inteligencia limitada puede comprender la gloria del paraíso de Dios.
En la Biblia se llama la herencia de los bienaventurados una
patria.
Hebreos 11:14-16
. Allí conduce el divino Pastor a su rebaño
a los manantiales de aguas vivas. El árbol de vida da su fruto cada
mes, y las hojas del árbol son para el servicio de las naciones. Allí
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hay corrientes que manan eternamente, claras como el cristal, al
lado de las cuales se mecen árboles que echan su sombra sobre los
senderos preparados para los redimidos del Señor. Allí las vastas
llanuras alternan con bellísimas colinas y las montañas de Dios