Página 116 - El Conflicto Inminente (1969)

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El Conflicto Inminente
elevan sus majestuosas cumbres. En aquellas pacíficas llanuras, al
borde de aquellas corrientes vivas, es donde el pueblo de Dios que
por tanto tiempo anduvo peregrino y errante, encontrará un hogar.
“Mi pueblo habitará en mansión de paz, en moradas seguras,
en descansaderos tranquilos.” “No se oirá más la violencia en tu
tierra, la desolación ni la destrucción dentro de tus términos; sino
que llamarás a tus muros Salvación, y a tus puertas Alabanza.”
“Edificarán casas también, y habitarán en ellas; plantarán viñas,
y comerán su fruto. No edificarán más para que otro habite, ni
plantarán para que otro coma; ... mis escogidos agotarán el usufructo
de la obra de sus manos.”
Isaías 32:18
;
60:18
;
65:21, 22 (VM)
.
Allí “se alegrarán el desierto y el sequedal, y el yermo se regoci-
jará y florecerá como la rosa.” “En vez del espino subirá el abeto,
y en lugar de la zarza subirá el arrayán.” “Habitará el lobo con el
cordero, y el leopardo sesteará junto con el cabrito; ... y un niñito
los conducirá.” “No dañarán, ni destruirán en todo mi santo monte,”
dice el Señor.
Isaías 35:1
;
55:13
;
11:6, 9 (VM)
.
El dolor no puede existir en el ambiente del cielo. Allí no habrá
más lágrimas, ni cortejos fúnebres, ni manifestaciones de duelo. “Y
la muerte no será más; ni habrá más gemido ni clamor, ni dolor;
porque las cosas de antes han pasado ya.” “No dirá más el habitante:
Estoy enfermo; al pueblo que mora en ella le habrá sido perdonada
su iniquidad.”
Apocalipsis 21:4
;
Isaías 33:24 (VM)
.
Allí está la nueva Jerusalén, la metrópoli de la nueva tierra glori-
ficada, “corona de hermosura en la mano de Jehová, y una diadema
real en la mano de nuestro Dios.” “Su luz era semejante a una piedra
preciosísima, como piedra de jaspe, transparente como el cristal.”
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“Las naciones andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traen
a ella su gloria.” El Señor dijo: “Me regocijaré en Jerusalem, y go-
zaréme en mi pueblo.” “¡He aquí el tabernáculo de Dios está con
los hombres, y él habitará con ellos, y ellos serán pueblos suyos,
y el mismo Dios con ellos estará, como Dios suyo!”
Isaías 62:3
;
Apocalipsis 21:11, 24
;
Isaías 65:19
;
Apocalipsis 21:3 (VM)
.
En la ciudad de Dios “no habrá ya más noche.” Nadie necesitará
ni deseará descanso. No habrá quien se canse haciendo la voluntad
de Dios ni ofreciendo alabanzas a su nombre. Sentiremos siempre
la frescura de la mañana, que nunca se agostará. “No necesitan luz
de lámpara, ni luz del sol; porque el Señor Dios los alumbrará.”