Página 20 - El Conflicto Inminente (1969)

Basic HTML Version

16
El Conflicto Inminente
gresión de ella. La muerte de Cristo prueba que la ley es inmutable.
Y el sacrificio al cual el amor infinito impelió al Padre y al Hijo a fin
de que los pecadores pudiesen ser redimidos, demuestra a todo el
universo—y nada que fuese inferior a este plan habría bastado para
demostrarlo—que la justicia y la misericordia son el fundamento de
la ley y del gobierno de Dios.
En la ejecución final del juicio se verá que no existe causa para
el pecado. Cuando el Juez de toda la tierra pregunte a Satanás: “¿Por
[17]
qué te rebelaste contra mí y arrebataste súbditos de mi reino?” el au-
tor del mal no podrá ofrecer excusa alguna. Toda boca permanecerá
cerrada, todas las huestes rebeldes quedarán mudas.
Mientras la cruz del Calvario proclama el carácter inmutable
de la ley, declara al universo que la paga del pecado es muerte. El
grito agonizante del Salvador: “Consumado es,” fué el toque de
agonía para Satanás. Fué entonces cuando quedó zanjado el gran
conflicto que había durado tanto tiempo y asegurada la extirpación
final del mal. El Hijo de Dios atravesó los umbrales de la tumba,
“para destruir por la muerte al que tenía el imperio de la muerte,
es a saber, al diablo.”
Hebreos 2:14
. El deseo que Lucifer tenía
de exaltarse a sí mismo le había hecho decir: “¡Sobre las estrellas
de Dios ensalzaré mi trono, ... seré semejante al Altísimo!” Dios
declara: “Te torno en ceniza sobre la tierra, ... y no existirás más
para siempre.”
Isaías 14:13, 14
;
Ezequiel 28:18, 19 (VM)
. Eso será
cuando venga “el día ardiente como un horno; y todos los soberbios,
y todos los que hacen maldad, serán estopa; y aquel día que vendrá,
los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, el cual no les dejará
ni raíz ni rama.”
Malaquías 4:1
.
Todo el universo habrá visto la naturaleza y los resultados del
pecado. Y su destrucción completa que en un principio hubiese ate-
morizado a los ángeles y deshonrado a Dios, justificará entonces el
amor de Dios y establecerá su gloria ante un universo de seres que se
deleitarán en hacer su voluntad, y en cuyos corazones se encontrará
su ley. Nunca más se manifestará el mal. La Palabra de Dios dice:
“No se levantará la aflicción segunda vez.”
Nahúm 1:9 (VM)
. La ley
de Dios que Satanás vituperó como yugo de servidumbre, será hon-
rada como ley de libertad. Después de haber pasado por tal prueba y
experiencia, la creación no se desviará jamás de la sumisión a Aquel