Página 38 - El Conflicto Inminente (1969)

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El Conflicto Inminente
la faz de Aquel que murió para redimirlos. La suerte de los malos
queda determinada por la propia elección de ellos. Su exclusión
del cielo es un acto de su propia voluntad y un acto de justicia y
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misericordia por parte de Dios.
La teoría de la inmortalidad del alma fué una de aquellas falsas
doctrinas que Roma recibió del paganismo para incorporarla en el
cristianismo. Martín Lutero la clasificó entre “las fábulas mons-
truosas que forman parte del estercolero romano” de las decretales.
E. Petavel,
Le Problème de l’Immortalité, 2:77
. Comentando las
palabras de Salomón, en el Eclesiastés, de que los muertos no saben
nada, el reformador dice: “Otra prueba de que los muertos son ...
insensibles. ... Salomón piensa que los muertos están dormidos y no
sienten absolutamente nada. Pues los muertos descansan, sin contar
ni los días ni los años; pero cuando se despierten les parecerá como
si apenas hubiesen dormido un momento.”—Lutero,
Exposition of
Solomons Booke Called Ecclesiastes, 152
.
En ningún pasaje de las Santas Escrituras se encuentra declara-
ción alguna de que los justos reciban su recompensa y los malos su
castigo en el momento de la muerte. Los patriarcas y los profetas
no dieron tal seguridad. Cristo y sus apóstoles no la mencionaron
siquiera. La Biblia enseña a las claras que los muertos no van inme-
diatamente al cielo. Se les representa como si estuvieran durmiendo
hasta el día de la resurrección.
1 Tesalonicenses 4:14
;
Job 14:10-12
.
El día mismo en que se corta el cordón de plata y se quiebra el
tazón de oro (
Eclesiastés 12:6
), perecen los pensamientos de los
hombres. Los que bajan a la tumba permanecen en el silencio. Nada
saben de lo que se hace bajo el sol.
Job 14:21
. ¡Descanso bendito
para los exhaustos justos! Largo o corto, el tiempo no les parecerá
más que un momento. Duermen hasta que la trompeta de Dios los
despierte para entrar en una gloriosa inmortalidad. “Porque sonará
la trompeta, y los muertos resucitarán incorruptibles. ... Porque es
necesario que este cuerpo corruptible se revista de incorrupción, y
que este cuerpo mortal se revista de inmortalidad. Y cuando este
cuerpo corruptible se haya revestido de incorrupción, y este cuerpo
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mortal se haya revestido de inmortalidad, entonces será verificado el
dicho que está escrito: ¡Tragada ha sido la muerte victoriosamente!”
1 Corintios 15:52-54 (VM)
. En el momento en que sean desperta-
dos de su profundo sueño, reanudarán el curso de sus pensamientos