Página 51 - El Conflicto Inminente (1969)

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La libertad de conciencia amenazada
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formas y ceremonias. Dios mira con tierna misericordia a esas almas
educadas en una fe engañosa e insuficiente. Hará penetrar rayos de
luz a través de las tinieblas que las rodean. Les revelará la verdad tal
cual es en Jesús y muchos se unirán aún a su pueblo.
Pero el romanismo, como sistema, no está actualmente más en
armonía con el Evangelio de Cristo que en cualquier otro período de
su historia. Las iglesias protestantes se hallan sumidas en grandes
tinieblas, pues de lo contrario discernirían las señales de los tiempos.
La iglesia romana abarca mucho en sus planes y modos de operación.
Emplea toda clase de estratagemas para extender su influencia y
aumentar su poder, mientras se prepara para una lucha violenta y
resuelta a fin de recuperar el gobierno del mundo, restablecer las
persecuciones y deshacer todo lo que el protestantismo ha hecho.
El catolicismo está ganando terreno en todas direcciones. Véase el
número creciente de sus iglesias y capillas en los países protestantes.
Nótese en Norteamérica la popularidad de sus colegios y seminarios,
tan patrocinados por los protestantes. Piénsese en la extensión del
ritualismo en Inglaterra y en las frecuentes deserciones a las filas
católicas. Estos hechos deberían inspirar ansiedad a todos los que
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aprecian los puros principios del Evangelio.
Los protestantes se han entremetido con el papado y lo han
patrocinado; han hecho transigencias y concesiones que sorprenden
a los mismos papistas y les resultan incomprensibles. Los hombres
cierran los ojos ante el verdadero carácter del romanismo, ante los
peligros que hay que temer de su supremacía. Hay necesidad de
despertar al pueblo para hacerle rechazar los avances de este enemigo
peligrosísimo de la libertad civil y religiosa.
Muchos protestantes suponen que la religión católica no es atrac-
tiva y que su culto es una serie de ceremonias áridas y sin significado.
Pero están equivocados.
Una religión de ceremonias exteriores es propia para atraer al
corazón irregenerado. La pompa y el ceremonial del culto católico
ejercen un poder seductor, fascinador, que engaña a muchas personas,
las cuales llegan a considerar a la iglesia romana como la verdadera
puerta del cielo. Sólo pueden resistir su influencia los que pisan con
pie firme en el fundamento de la verdad y cuyos corazones han sido
regenerados por el Espíritu de Dios. Millares de personas que no
conocen por experiencia a Cristo, serán llevadas a aceptar las formas