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Cartas a Jóvenes Enamorados
El Señor ha dado reglas para la orientación de cada alma de
tal manera que nadie necesite errar el camino. Estas direcciones
representan todo para nosotros, porque forman la norma a la cual
cada hijo e hija de Adán debiera conformarse
.
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Estás entrando en la etapa en que te estás transformando en
mujer, y si buscas la gracia de Cristo, si sigues el sendero en el
cual Jesús señala el camino llegarás más y más a ser una verdadera
mujer. Crecerás en gracia, llegarás a ser más sabia por experiencia,
y al avanzar de una luz a otra luz mayor llegarás a sentirte más feliz.
Recuerda que tu vida pertenece a Jesús, y que no debes vivir para
agradarte a ti misma
.
Evita a los que son irreverentes. Evita a quien sea amante de la
pereza; evita a quien se burle de las cosas santas. Evita la compañía
de quien usa un lenguaje profano o es adicto al uso de licor, aunque
fuera de un solo vaso. No escuches las propuestas de un hombre
que no se da cuenta de su responsabilidad ante Dios. La verdad
pura que santifica el alma te dará valor para cortar la amistad más
placentera y separarte de la que tú sabes que no ama ni teme a
Dios, y que no conoce nada acerca de los principios de la verdadera
justicia. Nosotros podemos tolerar las debilidades y la ignorancia
de un amigo, pero nunca sus vicios
.
Sé cautelosa en cada paso que des; necesitas a Jesús a cada
paso. Tu vida es demasiado preciosa para considerarla de poca
importancia. El Calvario da testimonio del valor de tu alma. Con-
sulta con la Palabra de Dios a fin de que puedas saber cómo usar la
vida que ha sido comprada para ti a un costo infinito. Como hija de
Dios te está permitido contraer matrimonio solamente en el Señor.
Asegúrate de no estar siguiendo la imaginación de tu corazón, y de
avanzar en el temor de Dios
.
Si los que son creyentes se asocian con los incrédulos con el
propósito de ganarlos para Cristo, serán testigos de Cristo, y ha-
biendo cumplido su misión se retirarán a fin de respirar en una
atmósfera pura y santa. Cuando estés en compañía de incrédulos,
recuerda siempre que tú eres representante de Cristo en carácter y
no permitas que salgan de tus labios palabras livianas y frívolas, ni
conversaciones ordinarias
.
Recuerda el valor del alma, y recuerda que es tu privilegio y tu
deber colaborar en toda forma posible con Dios. No debes rebajarte