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Cartas a Jóvenes Enamorados
hijos, y orar por ellos y con ellos para que Dios los proteja y los
guíe
[46]
Esta carta enfoca la responsabilidad de los padres.
Resulta claro que Juan estaba tratando de capturar los
afectos de la joven, en contra de la fuerte oposición de
los padres de ella, y sin tomar en cuenta sus sentimien-
tos. Esta situación suscita la pregunta de si los padres
debieran ser tomados en cuenta en el proceso de elegir
una esposa. ¿Qué ocurre después de un matrimonio tal
en lo que atañe a las relaciones con ellos? Elena G. de
White presenta estas consecuencias en una forma digna
de tomarse en cuenta.
[47]
Ginebra, Suiza
Diciembre 16, 1885
Apreciado Juan,
He sabido que quieres conocer mi opinión acerca de asuntos que
te preocupan en relación a tu casamiento con la hija del hermano
Meyer. Entiendo que el padre de la joven en quien has colocado tus
afectos no está dispuesto a permitir que su hija se case contigo. A la
vez que siento simpatía por ti debido a tu frustración, quiero decirte:
“¿Quién podría estar más interesado en su hija que su propio padre,
como así también su madre?”
La misma premura que manifiestas en este asunto contra los
deseos de los padres, es evidencia de que el Espíritu de Dios no tiene
el primer lugar en tu corazón, ni es un poder controlador en tu vida.
Tienes una voluntad fuerte, una determinación firme y persistente
para lograr cualquier cosa que te propones
.
¿Analizarás, mi hermano, tu propio espíritu para criticar tus
motivos a fin de ver si tienes en este asunto la buena intención de
hacer todas las cosas para la gloria de Dios? Se me mostró los casos
de varios jóvenes en Suiza que estaban demasiado excitados en
relación al tema del matrimonio. Sus mentes estaban tan totalmente
ocupadas con este tema que se estaban descalificando para hacer
la obra que Dios quería que hicieran
.
Se me mostró a un joven que estaba tratando de llegar a formar
parte de la familia del hermano Meyer, pero que éste no parecía