¿Andarán dos juntos si no estan de acuerdo?
Me han sido mostrados los casos de algunos que profesan creer
la verdad y han cometido el gran error de casarse con personas in-
crédulas. Tenían la esperanza de que el cónyuge incrédulo aceptaría
la verdad, pero éste después de alcanzar su objeto se halla más lejos
de la verdad que antes. Y luego empiezan los trabajos sutiles, los
esfuerzos continuos del enemigo para apartar al creyente de la fe.
Muchos están perdiendo ahora su interés y confianza en la verdad
porque se han relacionado íntimamente con la incredulidad. Respiran
una atmósfera de duda y descreimiento. Ven y oyen a la incredulidad,
y finalmente la aprecian. Algunos tienen el valor de resistir a estas
influencias, pero en muchos casos su fe queda imperceptiblemente
minada y finalmente destruida...
Satanás sabe muy bien que la hora del casamiento de muchos
jóvenes de ambos sexos cierra la historia de su experiencia religiosa
y de su utilidad. Quedan perdidos para Cristo. Tal vez hagan durante
un tiempo un esfuerzo para vivir una vida cristiana; pero todas sus
luchas se estrellan contra una constante influencia en la dirección
opuesta. Hubo un tiempo en que era para ellos un privilegio y un
gozo hablar de su fe y esperanza; pero luego llegan a no tener
deseos de mencionar el asunto, sabiendo que la persona a la cual han
ligado su destino no se interesa en ello. Como resultado, la fe en la
preciosa verdad muere en el corazón, y Satanás teje insidiosamente
en derredor de ellos una tela de escepticismo...
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El cónyuge creyente razona que, dada su nueva relación, debe
conceder algo al compañero que ha elegido. Asiste a diversiones so-
ciales y mundanas. Al principio lo hace de mala gana; pero el interés
por la verdad disminuye, y la fe se trueca en duda e incredulidad...
¿Qué debe hacer todo creyente cuando se encuentra en esa peno-
sa situación que prueba la integridad de los principios religiosos?
Con firmeza digna de imitación debe decir francamente: “Soy cris-
tiano a conciencia. Creo que el séptimo día de la semana es el día de
reposo bíblico. Nuestra fe y principios son tales que van en direc-
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